Homenaje a los trabajadores de Real del Monte que participaron en la Primera Huelga Minera en Améric
En Real del Monte y Pachuca, del hoy estado de Hidalgo, se dio la experiencia inigualable de la primera huelga minera ocurrida en América Latina. Ocurrió hace 249 años, exactamente el 15 de agosto de 1766. Somos, pues, descendientes de aquellos valientes mineros que se lanzaron a una huelga heroica, cuando no existían ni sindicatos ni leyes laborales que los amparasen.
Para mi persona y para el conglomerado minero, metalúrgico y siderúrgico de México es un honor traer el recuerdo de los mineros que en las condiciones más desfavorables estallaron una huelga. Sepan ustedes que de las muchas hazañas de los mineros en México, la de hace 249 años es de las que me enorgullecen más, y el gremio entero debe estar orgulloso de la misma.
Cuando México no era aún México, sino Nueva España, nombre de gobierno y estado que tuvo el yugo español que aplastó durante 3 siglos a nuestra patria, nuestros hermanos de Real del Monte y Pachuca se lanzaron a una huelga.
El sometimiento como colonia de España que éramos, no sólo implicaba que por ser nacidos aquí no teníamos derechos de hombres y mujeres libres, sino que además no contábamos con ninguna garantía fundamental como seres humanos, y mucho menos como trabajadores. No había nada parecido a una Ley del Trabajo, ni política social del gobierno virreinal que nos protegiese de las arbitrariedades de los patrones españoles, ni tampoco servicios médicos de ninguna clase, pero sobre todo los trabajadores de entonces eran explotados sin misericordia para obtener de ellos tanta riqueza como la que sacaban de la entraña de la tierra que hizo a España en ese momento el país más rico del mundo.
El Conde de Regla, también llamado Pedro Romero de Terreros, dueño de la mina de Real del Monte y Pachuca, para obtener mayores ganancias de las que obtenía de la explotación inhumana de los mineros, decidió reducir los miserables salarios que pagaba y aumentar al doble las cargas y jornadas de trabajo, en lo cual no estaban excluidos niños que devengaban todavía peores salarios. Cuando el Conde de Regla se dispuso a aplicar esa política, de inmediato los mineros de Real del Monte se alzaron contra esta situación y se fueron, por instinto de conservación, a una huelga total de labores. No sabían qué cosa era una huelga ni en España ni en América, ni en el Mundo, pero nuestros ancestros mineros se lanzaron a luchar por su supervivencia y por la justicia. En ese tiempo cualquier protesta era considerada herejía y era castigada con la cárcel o con el enrolamiento en las filas militares, sin derecho a ninguna objeción. Era, en ese sentido, un régimen de esclavitud.
Pero triunfaron los mineros y nada los acobardó, ni las amenazas patronales del Conde de Regla ni las excomuniones eclesiales que les cayeron encima. Ganaron esa huelga porque tuvieron las agallas de luchar y no permitir el abuso. Entonces el patrón novohispano tuvo qué ceder y les aumentó los salarios un poco y aceptó no aumentar las jornadas de trabajo, ni que los niños tuvieran que trabajar en la mina. Fue el mencionado 15 de agosto de 1766 cuando estalló la huelga, que hoy estamos recordando nosotros en este mismo sitio.
Nuestros hermanos de ayer triunfaron después de su cruenta y arriesgada lucha y lograron que no se aplicasen las injusticias pretendidas por el Conde de Regla. Fue, entonces, la primera huelga minera triunfante, y eso lo lograron los compañeros con su resistencia y su unidad, su decisión de ser libres y la defensa de su dignidad humana como trabajadores.
Es lógico pensar que los compañeros mineros de hace dos siglos y medio se dieron cuenta de que esa mina, y en general todas las que estaban establecidas, eran vitales para el gobierno de la Nueva España y para la Corona española, pues de ello estas obtenían las grandes ganancias que volvieron a la Metrópoli hispana la más rica entre las naciones de su tiempo. Por eso el Conde de Regla tuvo que ceder, no por su generosidad altruista, sino porque el flujo de plata a la monarquía de Madrid se interrumpía y por eso era de interés básico del sistema político de entonces que las minas no dejasen de producirles utilidades y ganancias.
De la misma manera luchamos hoy los auténticos trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México. Nuestro Sindicato Nacional de Mineros, que me honro en dirigir, está a la cabeza de la gran lucha del pueblo mexicano y de los sindicatos por nuestra dignidad, nuestro bienestar y nuestra autonomía y libertad como organizaciones laborales.
La lucha que estamos dando hoy, dos siglos y medio después de Real del Monte y Pachuca, es la que estamos librando contra empresarios igual o más crueles que los de aquel entonces. Ejemplos de ellos son Germán Feliciano Larrea Mota Velasco, asesino de mineros como los de Pasta de Conchos en 2006 y como el de Nacozari en 2007 contra la vida del compañero Reynaldo Hernández González; Alberto Bailleres González, dueño de minera Peñoles y cómplice en el asesinato del compañero Juventino Flores Salas, y Alonso Ancira Elizondo, de Altos Hornos de México, terrorista empresarial y corruptor de pseudo líderes “charros”. Son estos tan inhumanos como el Conde de Regla, Romero de Terreros. Y a estos los han apoyado diversas autoridades, sobre todo en el pasado inmediato, bajo los dos gobiernos del Partido Acción Nacional.
Continuamos luchando, compañeros y compañeras, contra las injusticias que esos empresarios cometen contra nuestro gremio minero. Ahí están los ejemplos de los compañeros de Cananea, Sonora; de Sombrerete, Zacatecas, y de Taxco Guerrero que ya cumplieron 8 años de heroicas huelgas y no se dejan abrumar por el desaliento ni por la falta de carácter, a los cuales apoyamos incondicionalmente.
En esa lucha estamos unidos y más fuertes que nunca, compañeros y compañeras, y nos inspiramos en el valiente y heroico ejemplo de aquellos mineros que sin tener ninguna protección legal, se lanzaron a la huelga por su dignidad y supervivencia, y escribieron unas de las páginas más bellas y gloriosas de la historia de los trabajadores mineros.
Finalmente, agradecemos la presencia del Lic. Alejandro Lara Baños, delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en el estado de Hidalgo; y del Lic. Noé Quiroz, quien asistió en representación del Director de la Secretaría de Trabajo en la misma entidad.
¡Que viva el Sindicato Nacional de Mineros!
¡Que viva el recuerdo inmortal de aquellos compañeros que hace dos siglos y medio se lanzaron a la huelga por defender sus derechos humanos y laborales en esta hermosa región de Real del Monte y Pachuca!